Ofrecemos acompañamiento por medio de personas voluntarias formadas. El programa promueve y construye una red comunitaria de atención en la que interactúan distintos agentes.
Esta red comunitaria está formada por:
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Entidades coordinadoras. Promueven y garantizan la implementación y la calidad del programa en un territorio relacionándose con todas las entidades implicadas y dinamizándolas.
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Entidades cuidadoras. Ejemplos de entidades cuidadoras podrían ser un hospital, una residencia, un centro sociosanitario, un centro de salud o los servicios sociales. Aseguran la atención integral a las personas beneficiarias para conseguir su bienestar. Para ello, se responsabilizan de identificar a las personas en situación de soledad y sus necesidades, prescribir su acompañamiento por parte de los voluntarios, informar sobre su proceso evolutivo y realizar el seguimiento de su bienestar.
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Entidades de voluntariado. Son las responsables de captar y formar a las personas voluntarias cuya función será acompañar a las personas que lo necesitan. Las entidades de voluntariado apoyan a los voluntarios en su labor diaria con programas de formación y seguimiento, garantizando así la calidad de los acompañamientos.
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Entorno comunitario. Son aquellas otras entidades, instituciones y personas que crean conciencia social y sensibilizan sobre esta problemática, además de ayudar en la identificación de posibles situaciones en las que el programa podría ser de ayuda.
Este acompañamiento es gratuito y se realiza de forma presencial o telemática, adaptándose a las necesidades de cada persona y momento.
Esta iniciativa se puso en marcha en el año 2016 y no ha dejado de crecer: ya acompaña a más de 18.000 personas a través de un equipo de más de 800 voluntarios, con más de 150 entidades cuidadoras y más de 60 entidades de voluntariado. Queremos seguir acompañando y alentando a todos aquellos que lo necesiten porque creemos que sentirse acompañado en el momento final de la vida es un derecho de todos.